Requiem para una niña progre

Quién te ha visto y quién te ve,
si lo que gritaste ayer
y era parte de tu vida,
ahora ha comenzado a ser,
solo una sonrisa erguida
en una mueca indiferente
y te burlas de la gente,
que son como eras tú, ayer.

Quién te ha visto y quién te ve.
No consigo acostumbrarme
a ese modo de mirarme,
ni a ese sentarse tan bien.
¿Dónde está tu culo inquieto,
tus vaqueros, tus panfletos...?
Aquella trenka de piel....

Y  ya, ni Allende ni el Ché
se encuentran en la pared
del cuarto donde tú duermes.
Ahora has puesto un gran espejo
y hasta un crucifijo viejo,
y una bendición papal
mentida para tú boda,
para curarte aquel mal.

Quién te ha visto y quién te ve.
Aún me parece estar viendo
como ayer ibas corriendo
en la manifestación...
Gesto serio, acalorado.
Puño alto y bien cerrado.
Destacando del montón.

Y se acabó tu anarquía,
el día en que un ingeniero,
de esos con seis dioptrías,
puso un anillo en tú dedo.
Cambió tú filosofía,
cambió también tu dinero,
y en los sitios, que tú ibas,
dejaron de verte el pelo. 

Y  ya, ni Allende ni el Ché
se encuentran en la pared
del cuarto done tú duermes.
Ahora has puesto un gran espejo
y hasta un crucifijo viejo,
y una bendición papal
mentida para tú boda,
para curarte aquel mal. 

Tú tranquila niña progre,
tu pasado no te estorbe,
que ahora eres niña bien....,
pero eres pobre también

Pues ya, ni Allende ni el Ché
se encuentran en la pared
del cuarto donde tú duermes.
Ahora has puesto un gran espejo
y hasta un crucifijo viejo,
y una bendición papal
mentida para tú boda,
para curarte aquel mal.